Niños y futuro mundial
El Informador 10 Círculo Informador - Sugey González

La UNICEF publicó a fi nales de junio el estudio sobre la situación en que se encuentra la infancia a nivel mundial. Advierten que para el 2030 en los países en vías de desarrollo, la mitad de los menores de edad no tendrán acceso a la educación.

Parece que la mayoría de los países no han respondido con la urgencia necesaria para alcanzar la igualdad y garantizar los derechos de la población infantil. Eso es lo que demuestra el informe del Estado Mundial de la Infancia 2016, de la UNICEF.

Todos somos responsables del bienestar presente y del porvenir de los menores de edad. Invertir en los niños es la mejor opción.

Por cada niño condenado a ser un adulto pobre, más posibilidades tendremos de vivir en un país condenado también a la pobreza.

En este informe se hace referencia a estudios en Estados Unidos, en los que queda comprobada la conveniencia que tiene para la economía de los países, garantizar educación a toda su población infantil, existe entre un 7 y un 10% de rentabilidad económica para cada nación, si sus niños reciben educación más allá del nivel medio.

No olvidemos, además, que la educación es un Derecho Humano, sin embargo, a causa de la pobreza, el género, la etnia, la situación geográfi - ca y la discapacidad, millones de niños (especialmente niñas), están siendo privados de este derecho. La UNICEF hace énfasis en situaciones extremas, como confl ictos políticos, guerrilleros o de desastres ecológicos, que agravan estos niveles.

59 millones de los niños y niñas en el mundo no llegan siquiera a la primaria y otros 65 millones no terminarán el primer año de la secundaria.

Desde el plano personal hay varias acciones para contribuir a las mejoras del panorama mundial, reconocer en primer lugar la trascendencia que tiene la educación en los niños y promover la inclusión de todos ellos, sea la condición económica que sea. Para ello podemos sumarnos a alguna organización que administre donaciones, para dar educación a los más pobres. Apoyar (y exigir) actividades culturales gratuitas, que promuevan la lectura, la sensibilización hacia la ciencia y las habilidades extracurriculares en actividades comunitarias.

Ofrecer talleres para niños de bajos recursos, en los que puedas colaborar junto con tus hijos.

En fi n, si hemos tomado consciencia, las ideas no pararán. Entre todos podemos encontrar la forma de ayudar. ¡Imagínate que gracias a ti, un niño que curse un año más de escuela, aprenda un ofi cio o surja en él el amor por la lectura!