Niños comunmente aislados por los padres
Milenio Estado de México 11 El tema - Ana Salazar

Prejuicios, vergüenza o falta de recursos económicos obligan a los padres a mantener apartados a sus hijos con estas características.

Por prejuicios, vergüenza o la falta de recursos económicos obligan a los padres a mantener a sus hijos que padecen síndrome de Down aislados; su agregación a la sociedad es decidida desde su nacimiento por el grado de discapacidad intelectual, motora.

A la fecha, no hay cifras oficiales sobre el número de personas que padecen este síndrome, pero según la Organización Mundial de la Salud, aproximadamente a una de cada 60 mil personas enfrentan este padecimiento genético, sostuvo José Antonio Ogazón Anguiano, director general del Centro de Rehabilitación e Integración Social (CRIS).

Explicó que el síndrome de Down es la forma genética más común de discapacidad intelectual y también conocido como trisomia 21, es un trastorno genético en el que se tiene una copia extra del cromosoma número 21, lo que conduce a las personas a tener 47 cromosomas en lugar de los 46 habituales.

En el síndrome de Down, la copia extra trae consigo un exceso de proteínas asociadas a las alteraciones cognitivas, lo que conlleva la reducción de dichas habilidades y otros problemas de salud.

Afirmó que padres no aceptan las discapacidades de un hijo que padece síndrome de Down y en la mayoría los mantienen aislados, por vergüenza, prejuicio o porque no tienen los recursos económicos para integrarlo a un proceso de rehabilitación, sin descartar la v iolencia que se genera en los hogares. Son muchos factores los que inf luyen en el aislamiento de un niño que padece síndrome de Down, hasta las limitaciones del afectado para desarrollar actividades psicomotriz.

Muchas familias viven al día y tan sólo por el hecho de trasladarlos a un centro especializado gastan más del costo de las terapias de 40 pesos, dijo el especialista en rehabilitación Ogazón Anguiano.

En el CRIS dependiente del Sistema de Atención Integral de la Familia, tenemos abiertos 900 expedientes activos, de estos, 33 padecen el síndrome genéticos que se adquiere desde que son concebidos, documentó.

Ese prejuicio de que los niños con síndrome de Down “entorpecen” la educación de sus compañeros, lleva a sus padres a mantenerlos en casa aislados de la convivencia con otros niños.

Expuso que la diversidad en el aula favorece el aprendizaje y el entendimiento de los niños, razón por la cual tanto médicos como sicólogos tiene la responsabilidad de informar a los familiares sobre la realidad fuera de ese estigma social, pero no todos los niños tienen la misma oportunidad, en su mayoría negada por los padres.

Alrededor de 90 por ciento de las personas con síndrome de Down padece alguna anomalía de refracción ocular (ametropías), entre ellas miopía, hipermetropía y astigmatismo, que repercuten en el aprendizaje escolar, el desempeño laboral y la calidad de vida de los pacientes, dijo.

El especialista dijo que en la institución todo un equipo de profesionales en fisiología laboran para la atención visual con la finalidad de corregir las anomalías más frecuentes en, quienes padecen este síndrome; algunos presentan cardiopatías, que es un problema más complejo.