Hombres violentados, en silencio
Milenio Estado de México 10 El tema - Ana Salazar

La situación es por un “feminismo mal entendido que solo imita prácticas masculinas”, señala el DIF Naucalpan

La violencia en la pareja es un problema multifactorial que no distingue estatus social, económico, cultural, edad ni de género. Si bien son más mujeres víctimas, los hombres la experimentan de manera más fuerte y con vergüenza, expusieron especialistas de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Acatlán de la Universidad Nacional Autónoma de México.

“No sólo las mujeres sufren violencia, también hay hombres que la padecen, ya sea golpeados, insultados, humillados o violados por otros hombres”, muestra una investigación elaborada por especialistas del Área Médica de la FES Acatlán, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

En la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH) de 2011, muestra que un 14.5 por ciento de las mujeres reportó haber sufrido violencia física, 50.6 por ciento de las separadas y divorciadas la padecieron, mientras que un 23 por ciento de ellas ejercieron algún tipo de violencia hacia su pareja.

El fenómeno de la violencia de acrecienta, sostuvo Irene Ramírez Guerra, Jefa del Departamento del Centro de Prevención y Atención al Maltrato y la Familia, del DIF de Naucalpan. Y agregó: Los hombres también son victimizados por la violencia doméstica, sin embargo en la mayoría de los casos no se da parte del problema a las autoridades.

Aunque existen casos de mujeres que ejercen violencia contra los hombres, ninguna forma de violencia es aceptable y cuyos casos no son documentados por temor de los varones a ser ridiculizados por la sociedad y autoridades ministeriales, de quien se supone es el “sexo fuerte”, afirmó la funcionaria. Precisó que en los últimos 14 meses, sólo dos hombres de 25 y 37 años de edad, recurrieron a la institución para ser escuchados, ambos víctimas de violencia física y psicológica emocional, respectivamente, contra 149 expedientes activos de quejas iniciadas por mujeres violentadas.

Ramírez Guerra documentó que en el caso de los hombres que requieren asistencia, persisten estereotipos que se transmiten por generaciones sobre los roles que deben desempeñar, además de la baja autoestima y una serie de estigmas propios de su género.

Sobre estos estereotipos, explicó que aún persisten entre los varones la idea como la supremacía masculina, conceptos de poder y dominio sobre la mujer.

Explicó que la violencia contra algunos varones por sus parejas se debe a un “feminismo, mal entendido que está lejos de reconocimiento de capacidades en la mujer para la búsqueda de igualdad de derechos en diferentes ámbitos y sólo imita prácticas masculinas”.

A su vez, especialistas universitarios documentan que “quienes viven situaciones violentas temen al cambio y a la posibilidad de convivir en armonía porque no saben cómo lograrlo. Cada quien aprende a relacionarse con los demás. Hay personas que conviven de manera pacífica, otras son poco tolerantes y se comportan en forma violenta”.

La violencia es un fenómeno que se acrecienta y se traduce en el “daño corporal que le hacemos a alguien más débil que nosotros. Puede ser de hombre a mujer, de hombre a hombre, de mujer a hombre o de cualquiera de los dos a un menor, a un anciano o anciana o a personas con alguna discapacidad”, sostuvo Ramírez Guerra.