Cuidados paliativos, acceso limitado para pacientes
Vértigo 52 - 53 Salud - Lorena Ríos

Falta de conocimientos de la población sobre esta atención, limitada capacitación del personal sanitario y una reglamentación que restringe el acceso a analgésicos opioides son los principales obstáculos.

Llegar al final de la vida de manera digna y sin dolor son los principales objetivos de los cuidados paliativos, una práctica que sin embargo reciben todavía pocos pacientes con enfermedades crónicas y terminales en México. Se estima que solo una de cada diez personas que necesitan este tipo de atención la reciben, cuando debería ser un servicio continuo, eficiente, ético y humanitario que dé respuesta a las necesidades físicas, sicoemocionales, familiares y espirituales del paciente.

Para 2060 cerca de 48 millones de personas morirán en sus hogares y sin recibir los cuidados paliativos para aminorar el dolor con analgésicos y tener una mejor calidad de vida. De ellos 83% pertenece a los países en subdesarrollo y en condiciones de pobreza, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Por ello es imperativo que este tipo de atención se integre a los sistemas de salud por motivos éticos y económicos, incluso desde que se diagnostica la enfermedad.

En México los principales obstáculos que se enfrentan son la falta de conocimiento de la población sobre esta atención, incompetencia o falta de capacitación del personal sanitario y una reglamentación que restringe el acceso a analgésicos opioides, por lo que hay mucho que hacer en la materia, señalaron especialistas durante el seminario Retos de los Cuidados Paliativos en el Sistema Nacional de Salud para el periodo 2019-2024.

En las instalaciones de la Academia Nacional de Medicina, Gilberto Felipe Vázquez de Anda, integrante de dicho organismo y especialista en Medicina del Enfermo en Estado Crítico, indica que “el objetivo de los cuidados paliativos es establecer criterios y procedimientos mínimos indispensables que permitan prestar mediante equipos inter y multidisciplinarios de salud servicios para los pacientes que tienen una enfermedad en situación terminal, a fin de contribuir a proporcionarles bienestar y una calidad de vida digna hasta el momento de su muerte”.

Los cuidados no deben olvidar promover conductas de respeto y fortalecimiento de la autonomía del paciente y su familia, a fin de prevenir posibles acciones y conductas que tengan como consecuencia el abandono o la prolongación de la agonía, así como evitar la aplicación de medidas que sean susceptibles de constituirse en obstinación terapéutica, destaca el especialista.

Aliviar síntomas

En tanto José Ignacio Santos Preciado, secretario del Consejo de Salubridad General (CSG), expresa que “la meta de los cuidados paliativos no es curar la enfermedad sino aliviar los síntomas y mejorar la calidad de vida de los pacientes y de sus familias. Son una necesidad humanitaria urgente para todas las personas aquejadas de enfermedades crónicas mortales. Dichos cuidados se necesitan en los lugares donde hay un grupo numeroso de pacientes cuya enfermedad se encuentra en fase avanzada y con pocas probabilidades de curarse”.

Sin embargo reconoce que entre los principales obstáculos para que esta atención se brinde es el escaso conocimiento de la población en el tema, la existencia de obstáculos culturales y sociales en relación a las creencias del dolor y la muerte. Existe además una falta de capacitación del personal sanitario y una reglamentación que restringe el acceso a la analgesia con opioides.

Santos Preciado detalla que “las áreas donde se deben ofrecer los cuidados paliativos son en las áreas de hospitalización de medicina interna, cirugía y oncología. También en el tercer nivel de hospitalización donde se brindan tratamientos especiales y en los espacios para cuidados especiales durante la atención paliativa para disminuir el sufrimiento y procurar una mejor calidad de vida, cuidados terminales y/o agónicos”.

Comenta que la finalidad de los cuidados paliativos es mejorar la calidad de vida y mitigar el dolor y la angustia del paciente con enfermedades crónicas, edad avanzada o aquellos que padecen cáncer. Todas ellas identificadas de manera oportuna de tal manera que se le puedan ofrecer al paciente y su familia los beneficios de estos cuidados. El funcionario hizo hincapié en los principios de los cuidados paliativos: proporcionar alivio del dolor y otros síntomas, considerar la vida y la muerte como procesos normales, no intentar acelerar ni retrasar la muerte, integrar los aspectos espirituales y sicológicos del cuidado del paciente, y ofrecer un sistema de soporte para ayudar a los pacientes a vivir tan activamente como sea posible hasta la muerte. Escasez de morfina.

“En México está disponible solo una tercera parte de la morfina que se requiere para el alivio del dolor en personas con enfermedades en fase terminal. La industria farmacéutica solo privilegia el uso de opioides sintéticos (fentanilo, entre ellos) para tener mayores ganancias ya que la morfina es más barata y de fácil acceso”, advierte el informe de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE).

No obstante en la década reciente la producción aumentó apenas 30% contra 60% que creció la de opioides sintéticos. Raúl Martín del Campo, integrante de la JIFE, expuso en un documento que únicamente 10% de lo que se produce de esta sustancia se utiliza para medicamentos que controlan el dolor; el resto se convierte en codeína, que es la principal materia prima para medicinas contra la tos.

La JIFE lanzó una voz de alarma y un llamado a los países para que pongan en marcha acciones encaminadas a satisfacer la demanda de tratamientos contra el dolor, así como fármacos sicotrópicos para el control de trastornos mentales como depresión, ansiedad, epilepsia, déficit de atención, alteraciones del sueño y los derivados por el consumo de drogas.

Héctor Valle, presidente ejecutivo de la Fundación Mexicana para la Salud (Funsalud), dice que “la primera preocupación es que haya médicos entrenados en el manejo del dolor, el tratamiento de enfermedades mentales y, por tanto, en la prescripción correcta de los fármacos. La realidad es que a escala nacional solo hay 259 expertos en manejo del dolor (algólogos) y 159 especialistas en cuidados paliativos”.

Respecto de la disponibilidad de opioides analgésicos Valle señala que 66% de las recetas se dispensan en Baja California, Ciudad de México, Nuevo León y Jalisco, donde habita entre 25 y 30% de la población nacional.