ISLAM SIGNIFICA PAZ: LA LÍNEA ENTRE FUNDAMENTALISMO Y RELIGIÓN
journalmex.wordpress.com - René Dávila

Alberto Patiño Reyes, académico y especialista en temas de derecho y religión en la Universidad Iberoamericana (UIA), advierte: no se debe confundir el extremismo con lo que verdaderamente es el islam, sobre todo ante la amenaza de repercusiones después de lo sucedido a las comunidades musulmanas europeas, constituidas por más de 40 millones de personas.

Dos acontecimientos relacionados con el islam marcaron la primera semana de enero de este año nuevo. Primero, el gobierno de Turquía autorizó la construcción de una iglesia cristiana de rito siríaco afuera de Estambul. Es la primera vez que se da una autorización de este tipo desde 1928. Segundo, los atentados contra periodistas y policías en las instalaciones del semanario satírico Charlie Hebdo, tragedia que enlutó a Francia, atribuida a un grupo yihadista, molesto por las viñetas del profeta Mahoma, aparecidas hace unos días en esa publicación.

Vale la pena resaltar que lo sucedido no es un problema religioso. Cabe recordar al islam como la religión de los musulmanes, quienes creen en un solo Dios, en el Día del Juicio y en la rendición individual de cuentas por las acciones hechas en la vida. También creen en una cadena de profetas, desde Adán hasta Jesús; sin embargo, dentro de su fe, el mensaje de Dios fue reafirmado finalmente por el profeta Mahoma. El islam está presente en todo el mundo. La raíz misma de la palabra islam es silm la cual significa “paz”.

Los cinco pilares del islam, en los que se basa la vida religiosa de todo musulmán consisten en: la profesión de la fe; la oración; la limosna (zikat), que en el islam es obligatoria y cada creyente musulmán tiene que dar parte de sus ingresos como práctica de la caridad; el ayuno (sawan), y la peregrinación por lo menos una vez en su vida a La Meca. A éstas se añade una referencia —no oficial— al yihad, la famosa “guerra santa”, como un sexto pilar.

En una interpretación generalizada, la “guerra santa” ha sido un pretexto enarbolado por los gobernantes musulmanes para luchar entre sí: considerado otro Estado musulmán como impío, es menester el yihad contra él. Peor aún, al considerarse como impíos los pueblos no musulmanes, la “guerra santa” en su interpretación no correcta del Corán, es una de las razones del fundamentalismo religioso.

El fundamentalismo islámico es una ideología, no es una religión, pues interpreta el Corán a favor del yihad como una guerra contra el infiel, y con ello se logra justificar la violencia. Por esta razón la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa, en su Resolución 1605 de 2008, distinguió entre el integrismo islámico en tanto ideología y el islam en tanto religión.

Ante lo ocurrido la semana pasada, y también como un óbice a las amenazas del Estado Islámico —esmerado en la interpretación literalista del yihad—, las autoridades islámicas autorizadas para interpretar rectamente el Corán, hoy se encuentran ante la obligación de disipar cualquier duda relacionada con la finalidad del yihad.

Si el objetivo de los fundamentalistas es la división e imponer su ideología con base en la muerte y la intimidación, flaco favor hacemos a la causa de la libertad religiosa, al intentar condenar a una religión y no percatarnos que los fundamentalismos ni se dan sólo en el islam, ni en todo el islam, ni sólo por motivos de orden religioso. El islam merece respeto y los musulmanes ser tratados con dignidad, de ahí el llamado de no condenar a priori a una religión de paz.

La canciller alemana Merkel participó en una marcha contra la islamofobia y la tolerancia, al lado de líderes del islam en Alemania. A todas luces, este gesto representa una llamada para acallar las voces de quienes pretenden justificar el odio religioso contra la comunidad musulmana.