Defendamos al niño
yucatan.com.mx - Alejandro de Jesús Álvarez Gallegos

A propósito del Día del Niño que celebramos hoy, la Iglesia reconoce en cada menor la imagen de la ternura de Dios. Un niño siempre encarna la bondad y la inocencia de la Creación, pues es un reflejo de nuestro buen Padre Dios.

El primer derecho de un niño es vivir y pareciera que los adultos nos empeñamos a que no sea así.

Durante estos días se discute en México, en la Suprema Corte de Justicia, la legalización del aborto. El papa Juan Pablo II declaró en la encíclica “Evangelium Vitae” que las leyes que legitiman el asesinato directo de seres humanos inocentes, a través del aborto o la eutanasia, están en oposición total al derecho inviolable a la vida. El aborto y la eutanasia son, por tanto, crímenes que ninguna ley humana puede tener la pretensión de legitimar.

No hay obligación, en conciencia, de obedecer tales leyes; por el contrario, hay una obligación grave y clara de oponerse a ellas a través de la objeción de conciencia.

El aborto es una grave violación de la ley natural, que está escrita en el corazón de cada hombre y mujer y que nos dice lo que es correcto y lo que está errado. Cualquier persona, sea cual fuere su religión o nacionalidad, sabe que matar seres humanos inocentes es algo errado.

Sigamos promoviendo la vida desde el momento de la concepción. El mejor homenaje que le podemos hacer a los niños nacidos o no es defenderlos.