Vientres en alquiler, bebés en venta si pagas lo suficiente. Una práctica cada vez más extendida. Por lo general, el cliente es rico y la mujer embarazada es pobre.


Campaña Stop Surrogacy Now
"Las mujeres ricas no están ofreciendo su cuerpo para dar a luz a estos niños. Esto no está pasando”.

Jennifer Lahl preside el Centro de Bioética y Cultura y participa en la campaña "Detener la Subrogación Ahora”. Ha producido tres documentales sobre los efectos de este drama a largo plazo.

Asegura que es una industria que explota a las mujeres y pone en riesgo su salud.


Campaña Stop Surrogacy Now
"La cuestión se plantea en torno a deseos de los adultos: adultos que quieren algo y adultos que necesitan algo. Pocas veces se habla de la mujer que alquila su vientre, a menudo ni se sabe quién es”.

El sacerdote Scott Borgman trabaja en la Academia Pontificia para la Vida. Dice que la vida no debe ser degradada a un producto que se compra, se vende o se deshecha.


Academia Pontificia para la Vida
"Tú no puedes venderte ni vender partes de tu cuerpo. El útero de la mujer no es un producto comercial”.

Por lo general, el cliente es de un país rico y la madre "subrogada” es de una nación en vías de desarrollo. En India es una industria en auge, y está creciendo en Tailandia, Nepal y México. Pero también se ve en países ricos como EE.UU.

JENNIFER LAHL
Campaña Stop Surrogacy Now
"Estados Unidos es el segundo país después de India donde buscan mujeres que puedan alquilar sus cuerpos para que gente rica tenga hijos. Por ejemplo, intentan convencer en EE.UU. a esposas de militares que pasan solas muchos meses”.

También hay clientes que cambian de opinión, cuando el bebé recién nacido tiene una discapacidad o no es del sexo deseado.

P. SCOTT BORGMAN
Academia Pontificia para la Vida
"Las personas no son productos que se compran o se venden aunque haya otros dispuestos a pagarles”.

A día de hoy, dieciséis organizaciones de 18 países han apoyado la campaña "Detener la Subrogación Ahora”. No se trata sólo de concienciar a la opinión pública. Esperan cambiar las leyes en los parlamentos.

El mensaje que quieren transmitir es que la vida no está en venta.