Firman contra la maternidad subrogada
yoinfluyo.com - Rosario Laris

La Asociación de Profesionales por la Ética publicó una carta donde más de 2,000 expertos en disciplinas como medicina, derecho y educación de 31 países de todo el mundo, firmaron para pedir la abolición de los vientres de alquiler, pues se trata de “una nueva forma de explotación de la mujer y de tráfico de personas”.

Maternidad Subrogada

La declaración afirma que la gestación por sustitución, también conocida como “maternidad de alquiler” o "útero subrogado", constituye una violación de los derechos fundamentales de la madre gestante y del hijo concebido.

Los firmantes de la declaración solicitan que los gobiernos nacionales y las instituciones internacionales como garantes del respeto a los Derechos Humanos, se comprometan en la abolición universal de la maternidad subrogada. Exigen también la prohibición de la inscripción en el Registro Civil a favor de los padres no biológicos de los niños nacidos mediante la gestación por sustitución como medida disuasiva ante esta práctica.

Dicha declaración y los nombres de sus firmantes se entregaron en el Parlamento Europeo, la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas y la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa.

El vientre de alquiler, también llamado maternidad subrogada o gestación por sustitución, es la transacción económica en la que una mujer alquila su útero para gestar un bebé -que puede tener con ella lazos genéticos o no- y por el que recibe una remuneración, vulnerando derechos fundamentales y diversas legislaciones internacionales.

Los contratos de subrogación del útero son indiscutiblemente, una manera de explotación de la mujer que vende o alquila su cuerpo por dinero, o por algún otro tipo de compensación. En muchos países, la subrogación se encuentra invariablemente unida a las redes de prostitución, trata de personas y otras actividades delictivas.

Las madres de alquiler son tratadas como un producto para usar y después tirar, pues durante el embarazo el contacto entre la madre de alquiler y los padres que la han contratado se hace estrecho, todo son atenciones, pero una vez que el procedimiento jurídico termina, la pareja contratante desaparece y la madre de alquiler se convierte en un elemento innecesario y molesto, resintiendo todo el peso de la explotación, de la separación del bebé, de la cosificación del embarazo, de los intereses creados de una transacción comercial que implicaba a personas completas y no a productos de compra-venta.