Adolescentes y niños, los más vulnerables de delitos sexuales en México
imparcialoaxaca.mx - Redacción


La Fiscalía de Delitos Sexuales en el Distrito Federal tenía entre 2012 y 2014 más de 8 mil expedientes abiertos de los cuales, en 3 mil 422 los afectados por los delitos de abuso y acoso sexual, violación, estupro y corrupción de menores fueron niños de entre 3 y 17 años de edad.

A finales del 2015, sigue siendo “imposible” conocer la verdadera magnitud de las agresiones sexuales en contra de niñas, niños y adolescentes en México porque muchos casos se mantienen en secreto. Pese a falta de denuncias, se estima que en nuestro país, infantes y adolescentes representan el 40% de las víctimas de los delitos sexuales.

La Fiscalía de Delitos Sexuales en el Distrito Federal tenía entre 2012 y 2014 más de 8 mil expedientes abiertos de los cuales, en 3 mil 422 los afectados por los delitos de abuso y acoso sexual, violación, estupro y corrupción de menores fueron niños de entre 3 y 17 años de edad.

La Asociación para el Desarrollo Integral de Personas Violadas, ADIVAC, con más de 25 años de atención a víctimas, advierte que en México “cada nueve minutos se violenta sexualmente a una persona, lo que sólo en el Distrito Federal representa sesenta mil personas por año. La violencia sexual en todas sus variedades (violación, abuso sexual, incesto, hostigamiento sexual, pornografía infantil, entre otras) ha sido un fenómeno que sucede cotidianamente y ha estado presente por generaciones”.

Recientemente, ADIVAC fue informada por la Fiscalía de Delitos Sexuales en el Distrito Federal que de enero a octubre del 2015 recibió 555 denuncias por abuso sexual; 220 por violación sexual y 94 por otros delitos como acoso o corrupción de menores; el acoso sexual encabeza las denuncias, seguida por los delitos de corrupción de menores y el abuso sexual; la violación es el cuarto delito sexual que se comete en contra de los niños. Se estima que de cada 10 víctimas ocho son mujeres y dos son varones.

El sitio más riesgoso para la comisión de delitos sexuales en contra de niños, niñas y adolescentes es el hogar de las víctimas; seguido por las casas de familiares, las escuelas (el número más alto de ataques sexuales se dan en la secundaria y el bachillerato), y los centros deportivos, culturales e incluso religiosos.

Por su parte, la Red por los Derechos de la Infancia en México (REDIM), alerta que la mayoría de los casos de embarazo adolescente son el resultado del abuso sexual, la violación y el aislamiento social; en el pasado 2011, 11 mil 512 niñas entre 10 y 14 años de edad registraron al menos a un hijo (2.1 de cada mil) y que 318 niñas tenían 10 años de edad cuando dieron a luz. Entre los 15 a los 17 años de edad, la tasa de maternidad llegó a 5.6%; al menos 1 de cada 20 mujeres adolescentes estaría en esta situación.

El abuso sexual es uno de los delitos más graves cometidos contra la integridad y los derechos de la otra persona y cuando las víctimas son menores de edad, la gravedad de esta agresión aumenta y las consecuencias son aún más devastadoras, pues, en su gran mayoría, el abuso comienza en la infancia y continúa durante años perpetuándose incluso hasta la adolescencia o vida adulta de la víctima.

Se entiende como abuso sexual infantil aquella forma de violencia que atenta contra la salud física y psicológica de un menor de edad; es el contacto y actividades sexuales entre un (a) niño (a) o adolescente y un adulto, o entre dos menores de edad siendo el agresor siempre mayor que la víctima ejerciendo de esta manera una posición de poder sobre él o ella para estimularse sexualmente o estimular a otras personas.

Existen tres criterios a tomar en cuenta cuando hablamos de un abuso sexual ya confirmado: la diferencia de edad entre la víctima y el agresor (el agresor siempre es mayor que la víctima aunque también sea menor de edad); el tipo de estrategias que el abusador utiliza para conseguir sus fines (coacción, uso de la fuerza, la sorpresa, seducción, engaño, manipulación o chantaje y amenazas); y conductas sexuales realizadas (con o sin contacto físico, consistentes en proposiciones verbales, exhibición de órganos genitales, caricias o peticiones sexuales, mostrar películas o imágenes pornográficas, pornografía donde participen menores, sexo oral, penetración anal o genital con pene o cualquier otro objeto o parte del cuerpo). ADIVAC alerta que “basta con que esto suceda una sola ocasión para considerarse abuso sexual”.

Asimismo, ADIVAC precisa que “no existe un perfil del abusador. Puede ser cualquier persona sin importar su edad, sexo, posición sociocultural y económica”. Tampoco existe un perfil de la víctima, “cualquier persona puede ser víctima no importa la edad ni el sexo ni otras características pues incluso los niños muy pequeños pueden serlo”.

“No hay ninguna circunstancia que justifique el delito sexual. Ni siquiera el hecho de estar bajo el influjo de alguna droga”, enfatiza ADIVAC, al aclarar que “el agresor sexual no dejará de abusar voluntariamente. Para detenerlo es necesario denunciar los hechos y atender judicial y psicológicamente a las víctimas y familiares”. Cifras oficiales notifican que solamente en el 1.5% de los casos de abuso sexual contra menores denunciados se consigna al agresor.

“El abuso sexual infantil es 65 veces más común que el cáncer pediátrico; una de cada cuatro niñas y uno de cada seis niños es víctima de ataque sexual durante la infancia o adolescencia. Al menos el 20% de las personas han sufrido o sufrirán abuso sexual durante su infancia.

De acuerdo a las denuncias, en seis de cada 10 casos de abuso sexual a infantes el agresor es un familiar directo; el incesto ocurre en todos los tipos de familia. Asimismo, una de cada 5 víctimas de abuso sexual infantil o adolescente fue contactada a través de Internet o redes sociales.