El cáncer de próstata es una enfermedad prevenible en hombres mayores de 65 años con una detección oportuna. De acuerdo con la Secretaría de Salud, el 70% de los pacientes llegan a instituciones de salud pública con la enfermedad avanzada.

En un conversatorio sobre la importancia de la prevención del desarrollo de cáncer de próstata impartido por Sanofi, empresa especializada en la atención a la salud, se destacó la importancia de reconocer los factores de riesgo y la detección oportuna.

De acuerdo con el Instituto Mexicano del Seguro Social, en 2014 se presentaron 233 mil nuevos casos de este cáncer; sin embargo, la enfermedad puede ser curable al ser localizada en una etapa temprana, pero el principal objetivo es detectarla oportunamente para que no ascienda a una estadística mortal.

El cáncer ocurre cuando toda célula maligna se reproduce sin ningún control y, una vez establecida en el cuerpo, genera sus propios vasos sanguíneos y las células comienzan a circular para convertirse en una enfermedad sistémica.

Algunos de los factores de riesgo para el desarrollo de las células cancerígenas que afectan la próstata son los altos consumos de carnes rojas, grasas y lácteos, así como una vida sedentaria, el alcoholismo y tabaquismo.

¿Cómo puede ser prevenible el desarrollo de este cáncer?

Según cifras de 2021 del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), cada año mueren 7 mil personas por el crecimiento y desarrollo de cáncer de próstata y uno de los principales factores de la detección tardía es la presencia de síntomas hasta las etapas más avanzadas.

Es importante señalar que una reconfiguración en la educación nos permitirá tener un cambio de cultura para lograr una mayor cantidad de detecciones oportunas. Su diagnóstico temprano debe realizarse a partir de los 50 años y principalmente se basa en chequeos por tocamiento del área rectal.

Algunos de los síntomas o indicadores del desarrollo de esta enfermedad son sangre en la orina o semen; flujo urinario débil o lento, mayor necesidad de orinar; dificultad para lograr una erección; dolor en la cadera, tórax u otros huesos y debilidad o adormecimiento de las piernas o pies.

Modificar la historia natural de la enfermedad significa prevenirla, por ello es de suma importancia normalizar las revisiones periódicas en hombres mayores de 50 años.